sábado, 3 de noviembre de 2007

De parte mía

Al fin Sarmiento tiene su sitio web, y la verdad es que me ha cuadrado mucho. Ya lo verán, supongo. Hay un contraste entre el diseño sobrio y la estridencia de los dibujos. Hace unos años, rabia y estilo tales lo hubieran etiqueteado de underground, a vivir vete a saber de qué.

Pero, Robert Crumb mediante, el paisaje es otro. Por suerte, ¿no?

A Eduardo Sarmiento lo conocí cuando era de la tropa de El Camaleón, sin graduarse del ISDI todavía. El Camaleón era ( y debería ser todavía) un grupo de diseñadores e ilustradores que sonaron lo suyo hace unos años y tuve el placer de exponer con ellos una vez.

Pero hablaba de Sarmiento. Su estilo me recuerda al Lauzán recién desencadenado de los dibujos de academia y sin miedo a los colores, ni a blandir la escatología de vez en cuando para hacerse oír. Igual de irreverente, y eso, conmigo, tiene carta de crédito a cualquier hora.

¡Métele, Rufino!



Nos dice la NASA, que si el lunes tempranito en la mañana ven un cielo que parece sacado de un screenshot de Halo 3, es porque cosas raras y bonitas van a pasar.

Eso espero.



viernes, 2 de noviembre de 2007

Sleepless in Miami

Mañana sábado, el desborde. La peste el que duerma, se dice en Miami Beach. Con programación y todo, que el relajo es organizado. Gracias a Diana, nuestra activista cultural. Y al Mayombe too, que también nos puso en talla.


Y hablando de Miami Beach, esta calle es en Columbus, por uno de los fundadores de la escuela de Diseño de allí.



Todo bien, pienso yo. Pero resulta que nos topamos con un aviso algo tajante. Por lo menos no es para anunciarlo en público, sigo pensando yo. El aviso es el de abajo.

O sea, que ya gay, lo que se dice gay, ya no es. A partir del 7 de noviembre apunta y banquea. Ahora es bisexual. Bueno, cada cual de su aquello un tambor, ¿no?

Este era el cartel que había para el cruce de peatones cuando la calle era gay a secas.



En Ohio, que parece que piensan en todo, lo actualizaron para estar acorde a las nuevas preferencias y actividades de la calle.





Y hablando de otro tipo de gay, desagradable éste y de Columbus, Paul Warfield Tibbets Jr., el comandante del Enola Gay, acaba de morirse con 92 años. El Enola Gay, debe saberse, es el avión que soltó a "Little Boy" sobre Hiroshima el 6 de Agosto del 1945.

A los 60 años de la bomba, el Columbus Dispatch lo entrevistó.

"I knew when I got the assignment it was going to be an emotional thing," Tibbets told The Columbus Dispatch for a story on Aug. 6, 2005, the 60th anniversary of the bomb. "We had feelings, but we had to put them in the background. We knew it was going to kill people right and left. But my one driving interest was to do the best job I could so that we could end the killing as quickly as possible."

Ahí tienen.

También dijo que no estaba orgulloso de haber matado a tanta gente (menos mal) pero que nunca perdió el sueño porque solo cumplió con su deber de patriota y de soldado.

Anda.

Como bien dijera Tibbets, y lo han repetido otros, en la guerra no hay Marqueses de Queensberry que nos regulan el juego limpio. Justos por pecadores, dice el manual. Es así, es cierto. Pero también he leído que cuando se habla de la bomba que soltó el Enola Gay (en honor a la madre de Mr. Tibbets), se refiere solamente al "inicio del fin de la Segunda Guerra Mundial". Esta elección de palabras sin hacer referencia a la matanza y a los años de traumas y secuelas de todo tipo me parece no solo un cómodo escape, sino una soberana hijeputada.

Si bien hay gente de otros bemoles que siempre olvidan las brutalidades y las crueldades del ejército imperialista japonés por donde quiera que metió las manos, justificar las bombas me parece tan estúpido y deshonesto como poner al Japón de la Segunda Guerra como una nación compuesta exclusivamente de pescadores y campesinos incinerados e inocentes.

Que uno no es comemierda.




Tengo unos sobrinos espectaculares. Uno de ellos, tuvo un cumple poco ortodoxo. Ale está pasando por una racha ni pedida ni merecida, pero el padre y unos cuantos más lo queremos con cojones. Wikie, wikie!









Great moments in science: Einstein discovers that time is actually money.

-De un dibujo de Gary Larson.

martes, 30 de octubre de 2007

Comic vs. historieta

Nunca lo dijo delante de mí, pero creo que alguna vez lo escribió y lo repitió muchas veces en el bar de la UPEC. Zumbado decía que la historieta cubana no tenía fijador.

Asumiendo que lo decía en plan queja y no en plan burla, el escritor tenía y no tenía razón.
Si vamos a hablar de la historieta cubana y su presencia editorial, pues ha tenido menos fijador que el Vaginol. No hay que olvidar que estamos hablando de un género tirado a mondongo desde el año de la bomba, y el enigma es más incómodo si comparamos la cantidad y calidad de caricaturistas con la de los historietistas.

Si hablamos de la insistencia y el machacar por inercia o testarudez, entonces la historieta cubana tiene un lado heroico rayando el anonimato.

En los años 40 y 50, pocos diarios estaban interesados en publicar comics del patio, sobre todo cuando las agencias de distribución ( y aquí uso con soltura el término para "syndicate") les daban a los editores paquetes con semanas de anticipación, más baratos que pagarle a un artista local.
Algo se hacía, no obstante.

Cuando la revostrucción fue tomando cuerpo burocrático, y los teóricos se vestían de milicianos, se empezaba a escuchar un corito que decía que la historieta era un arte imperialista. Fue una de las pocas veces que se asoció la palabra "arte" con la historieta. Y las pocas figuras que salieron a defender el comic lo hicieron con una combinación de timidez, desventaja numérica y un improvisado catálogo de argumentos para intentar presentar la historieta como una nueva arma de la revostrucción, con una utilidad ideológica nueva y el blah, blah, blah acompañante.



De hecho no es nada extraño que en Wikipedia, la entrada correspondiente a historietas cubanas sea tan escasa de información como tan chata. Aquí vemos el síndrome Adelaida de Juan, aplicando a la historieta el mismo criterio selectivo que usan todavía para la caricatura. Esta autora escribió un libro concentrado en el personaje de Liborio, el Bobo de Abela y el Loquito de Nuez, y desde entonces es como si la caricatura cubana fuera solo esas referencias. Culpa de Adelaida no creo que sea. La culpa es de los ignorantes que hicieron de su libro la biblia del humor gráfico cubano.

Recuerdo en una entrevista a un dibujante en la revista Cómicos citando varias influencias en su obra. Entre ellas mencionaba a Milton Caniff, apresurándose a añadir un "a pesar de los pesares". Yo leía aquello y me decía "¿A pesar de qué pesares de qué cojones? ¿Cuál es el delito de mencionar al dibujante norteamericano?".

Bueno, todos sabemos el delito inventado, pero esa salvedad, esa coletilla aclaratoria, casi pidiendo disculpas en los ochenta, da una idea de qué iba el asunto.
Ediciones en colores y otras publicaciones se vieron diezmadas por regulaciones laborales absurdas, falta de parque de imprenta y desidia de varias partes. Esto dispersó a un núcleo importante de creadores en los 60, y aunque CLínea y Mar y Pesca trataba de darle un boca a boca al comic, la revista Pionero se unió al rescate en los 60, con excelentes historietas dirigidas a un público joven, básicamente..

Pionero reunió a historietistas sueltos, muchos formados con y por el maestro Virgilio Martínez, quien sirvió de "exhibit A" de la defensa en el nunca declarado juicio contra el comic, dibujando historietas revolucionarias (históricas o didácticas para algunos) como "Pucho" y "Supertiñosa". La paciencia y las ganas de Virgilio nunca han sido reconocidas del todo.

Pero fue una época brillante, de la que recuerdo con más nitidez a Robe y sus "Conquistadores del Fuego" (yo estaba enamorado de Gamla), a Lorenzo con su "Ronin" y a Jordi en su incursión en la historieta larga con "El Hombre Incorpóreo", adaptación del libro "La Tripulación del Mekong".
Pero Pionero se fue a bolina, al menos en lo que a historietas se refiere, por una causa biológica y por falta de espacio, antes de que el Período Especial hiciera de las suyas.

La editorial Pablo de la Torriente trató de rescatar sin mucha exigencia editorial (mucha historieta mala que se publicó) el balón suelto en los 80, pero el Período Especial no entendió con nadie, y el tajo fue a la yugular.
Palante tuvo la gallardía de dedicar dos páginas a las tiras cómicas, pero honestamente, no todas eran de calidad. La posible regeneración de dibujantes y escritores de comics se ha visto mermada más o menos por las siguientes causas, comunes a veces para la caricatura en general:

-Falta de variedad en publicaciones.
-Editores ignorantes o indiferentes al género.

-Ausencia de información de lo que pasa en el circuito internacional del comic en cuanto a tendencias, estilos y materiales en general.
-Escasos guionistas.
-Poquísima critica especializada y preparada.

-Censuras, de la rampante y con sordina.
-Falta de continuidad, en las publicaciones y en el desarrollo de autores.

A veces, y en el afán de validar la historieta a como diera lugar, cualquier figura importante que alguna vez coqueteó con el género, era declarado historietista de facto.
Luego de mucho empujar, la UNEAC abrió su Sección de Historieta, y unos pocos trataban de mantener la bola en movimiento, sobre todo desde la Editorial Pablo, con concursos (el Fidel Morales sobre todo) y eventos teóricos que demasiadas veces se convertían en muro de los lamentos apocalípticos sobre el negro futuro de la historieta.

A mí esos pataleos en los eventos teóricos me la pelaban, sobre todo porque venían de dibujantes que habían hecho, a todo meter, 30 historietas en toda su vida, y porque se desgastaban en críticas a editores sin mencionarlos por su nombre y a una burocracia no muy bien definida, que algunos se apresuraban a esbozar como algo intermedio y no como una indolencia en la política gubernamental y sus requetebien definidas prioridades culturales.

Así es fácil perder la paciencia primero, la fe después. Para poner las cosas peor, no he mencionado que esta lista de adversidades es más larga en el caso de la historieta dramática, que ha llevado la peor de las partes siempre.

Cuba debía tener mejor salud en un género que es mundial, pero igual, todos sabemos por dónde van los tiros. Siempre ha habido un grupo de fieles que ha estado dispuesto a revitalizar el género en el cayo, pero la verdad es que el handicap es enorme. Y así, nananina.



Máscaras de Halloween. Iba a proponer una de Bush y otra de Cheney, pero ya las han hecho en otros jalouines. Así que me dije: "Hey, ¿y por qué no...?"
Y zas.



Y hablando de máscaras de Halloween...





Descontando algunos de los mandamientos de Jehová, no hay humoristas en la Biblia.
Mordecai Richler (1031-2001)

lunes, 29 de octubre de 2007

Milton Caniff, marketing caribeño y vacíos domingueros.

Estuve en Columbus, Ohio, como el que sí quiere las cosas. Resulta que la Universidad Estatal de allí organiza cada tres años un festival del comic y la caricatura. El evento es un vacilón, y yo tripeaba con la abundantísima colección de Milton Caniff en el campus de la universidad, con algunas conferencias y desayunándome de una pila de cosas.


Me sirvió la visita para conocer a algunos ejecutivos de agencias de distribución de historietas, con la consabida entrega de resumé gráfico. Y para gastarme más de lo que debía en libros, pero ya saben... la carne es débil.




Este es Paul Fell, un caricaturista de Nebraska, fan de football y un tipo encojonadamente amable y servicial. El que pida más, es que es del CDR.

Paul no solo me puso en talla del evento, sino que me presentó a medio mundo. Propuesto está para el Nobel, en lo que a mí respecta.



El primero es Brendan Burford, de King Features, Mort Walker, creador de Beetle Bailey, Mike Peters et moi.

Mort llegó a abrir el Museo del Comic en Boca, para el que Schulz donó un millón de dólares y montones de originales. Todo para que el museo muriera a manos de los burócratas y los developers. Y Peters es un personaje, una tira cómica él mismo.

El caso es que el evento fue una experiencia más que placentera en lo personal para la Lis y para mí. Como historietista me dejó un cierto regusto a gorrión por todo lo que vi allí y por lo que me he perdido todos estos años, para no hablar de lo que no ha tenido y lo que se le ha negado a la historieta en Cuba.

No me voy a poner a elaborar aquí los argumentos, porque voy a sonar amargado. Pero no me va a quedar más remedio que tocar el tema mañana u otro día. De lo que faltó, repito, de lo que le quitaron y le otorgaron (también) injustamente a la historieta cubana. De comentarios de Zumbado y de un artículo a medio escribir sobre el tema cuando me dio por entrevistar a escritores y editores.

No sabemos nada de nada.

Otra cosa, si usted va a Columbus un domingo, vaya a ver el downtown más vacío que se haya visto jamais. De película. Me imagino que siempre es así cuando no sesiona el Satehouse, el legislativo del estado.





If you tell the truth you don't have to remember anything.
- Mark Twain (1835-1910)