Empiezo diciendo que soy ateo, porque así lo ha querido Dios.
Una amiga manzanillera, cristiana, con esposo noruego (que debe haber sido cubano en otra vida) e hijos en tierra vikinga, reflexionaba desde su página de Facebook sobre una noticia reciente sobre comunidades musulmanas que se han ofendido por la reimpresión de las dichosas caricaturas de Mahoma.
Es un deja vú, esto de algunos musulmanes agallúos.
Repito el texto agradeciendo su amabilidad de antemano.
Luego quisiera incluir unos datos interesantes que nos hará llegar otra cubana, que lleva 14 años viviendo en Turquía y que desde hace poco se ha acercado convencida al pensamiento sufi.
Justo cuando los ánimos comenzaban a calmarse, cuando volvíamos a sentirnos seguros, el conflicto resurge y con él la segregación, las amenazas, el miedo.
La publicación por uno de los más importantes periódicos noruegos de una caricatura del profeta Mahoma ha provocado airadas reacciones por parte de la comunidad musulmana en Noruega. El gremio de taxistas musulmanes de la capital se ha ido a la huelga como protesta por lo que consideran una falta de respeto hacia sus creencias y tradiciones.
Como resultado, cientos de personas se han visto afectadas, pues les ha faltado el medio de transporte que normalmente utilizan.
http://islamineurope.blogspot.com/2010/02/oslo-taxi-drivers-continue-muhammed.html
Es un conflicto recurrente. Las caricaturas fueron publicadas por primera vez en Dinamarca, en 2006, provocando la ira de la comunidad musulmana tanto en Escandinavia como en el resto del mundo.Una amiga manzanillera, cristiana, con esposo noruego (que debe haber sido cubano en otra vida) e hijos en tierra vikinga, reflexionaba desde su página de Facebook sobre una noticia reciente sobre comunidades musulmanas que se han ofendido por la reimpresión de las dichosas caricaturas de Mahoma.
Es un deja vú, esto de algunos musulmanes agallúos.
Repito el texto agradeciendo su amabilidad de antemano.
Luego quisiera incluir unos datos interesantes que nos hará llegar otra cubana, que lleva 14 años viviendo en Turquía y que desde hace poco se ha acercado convencida al pensamiento sufi.
¿Respeto y tolerancia?
Justo cuando los ánimos comenzaban a calmarse, cuando volvíamos a sentirnos seguros, el conflicto resurge y con él la segregación, las amenazas, el miedo.
La publicación por uno de los más importantes periódicos noruegos de una caricatura del profeta Mahoma ha provocado airadas reacciones por parte de la comunidad musulmana en Noruega. El gremio de taxistas musulmanes de la capital se ha ido a la huelga como protesta por lo que consideran una falta de respeto hacia sus creencias y tradiciones.
Como resultado, cientos de personas se han visto afectadas, pues les ha faltado el medio de transporte que normalmente utilizan.
http://islamineurope.blogspot.
En Noruega también se escucharon voces de protesta, aunque en menor escala, pues las caricaturas fueron reproducidas sólo por dos periódicos, uno de ellos de la extrema derecha cristiana, con pocos lectores y menos razones.
Los encargados de publicarlas viven hoy con protección policial y domicilio desconocido, o al menos eso les gusta pensar:Hace un par de meses uno de ellos fue atacado en su casa por un hombre armado con un hacha.
http://en.wikipedia.
Las interrogantes fueron muchas y variadas entonces, y siguen siéndolo hoy.
¿Hasta dónde es lícito y responsable practicar la libertad de expresión? ¿A qué debe atenerse una persona que emigra, dejando atrás su cultura para integrarse a otra completamente distinta? ¿Tienen los medios de comunicación el derecho a publicar cualquier cosa, por provocativa que resulte, aún a sabiendas de que en el peor de los casos pueden poner en peligro la vida de miles de personas?
Habiendo nacido en un país donde la libertad de expresión es practicamente nula, mi reacción natural es apoyar a los que abogan por el derecho a decir lo que les venga en gana, sin sufrir por ello coacciones o amenazas. Sin embargo, no puedo evitar pensar: ¿De qué vale ser libre para expresarse, si se utiliza tal priviliegio para ofender a todo un sector de la sociedad, sin más objetivo que hacerlos rabiar?
Al mismo tiempo, algo en mí se rebela cuando pienso en los homosexuales que no pueden caminar en paz por ciertas partes de la ciudad porque un grupo de musulmanes, en su mayoría hombres, desempleados y clientes de la Seguridad Social se ha autonombrado policía moral, y se dedica a perseguir e incluso atacar a los que desafian sus conceptos.
Me mortifica saber que cada fin de semana al menos tres jóvenes noruegas son violadas al salir de una discoteca o un bar, y que sus violadores son casi siempre chicos extranjeros, que consideran que cuando llas muchachas salen solas a divertirse o llevan minifalda pierden el derecho a la intergridad física y moral. Y me muero de pena cuando me cuentan que en muchas escuelas los niños que provienen de familias noruegas son insultados por comer carne de cerdo, por ejemplo.
http://www.euro-islam.info/
Siempre he creído que el país que recibe al inmigrante tiene el deber de hacer cuanto se deba para que éste se integre a la sociedad lo más rápida y efectivamente posible. Pero también creo que el que decide emigrar, por las razones que sean, debe estar consciente de que va a formar parte de un sistema establecido, con leyes y normas que han de ser respetadas por el bien de todos.
Me gustaría creer que al final los ánimos se calmarán y el problema se resolverá de una manera cilvilizada y positiva, pero la experiencia prueba lo contrario. El miércoles, desde Turquía, varios periódicos hackearon la página web de el diario noruego que ha publicado la caricatura, alegando que lo hacían porque los noruegos son cerdos que no respetan nada. La respuesta de las redacciones noruegas no ha llegado aún, pero no me extrañaría que mañana la caricatura de marras salga publicada hasta en el más insignificante periodicucho, por cuestiones de solidaridad y orgullo nacional. Luego vendrán las contrareacciones, las reacciones a éstas, etc, etc.
Ojalá Oslo no tenga que sufrir días de violencia y anarquía como los que sufrió Copenhage hace un par de años por las mismas razones. Ojalá no hagan falta perros y gases lacrimógenos, coches incendiados y jóvenes maltratados para que nos demos cuenta, de uno y otro lado, de que la tolerancia y el respeto deben ser más que sustantivos, verbos.