viernes, 9 de enero de 2009

Fervor...

... revolucionario.
En el pueblo hay muchos Paneques.

Como dice Laux, ¡Paneque o Muerte!

Venderemos.


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Asquito


¿Vieron el video?

A alguien pudiera parecerle que el sangroncito primogénito rememorando (con Rubiera y todo) la entrada del sangrón mayor el 8 de Enero a La Habana era un tín patético.

No lo creo.

Era asquerosito.

En la encuesta que por dos meses estuvo en el blog (originalmente desde Guamá) votaron 78, y 49 coincidieron en que lo que les dejó sembrado la revolución cubana fue una paranoia con los segurosos.

Villa Marista celebra.



Si Rafael Correa no tuviera tanto ego, pudiera trabajar off the bat en el Comité Nacional de la Juventud.


Oscar Haza tiene un programa al que invita a veces personas con algo realmente interesante que decir. Pero entonces Oscara Haza habla, pregunta y opina, y lo jode todo.

No sé cuántas veces puede Hubert Matos haber narrado su encuentro con Camilo Cienfuegos cuando este fue enviado a Camagüey a meterlo preso. Pero es un momento histórico con drama que merece ser rememorado, y a Matos había que dejarlo hablar, contar la anécdota.

En muchas ocasiones pasa lo mismo: un invitado está tratando un tema importante, una idea de interés, y si nos toca una pausa comercial ahí queda todo. Cuando las cámaras vuelven al estudio ya está Oscar Haza hablando de otra cosa, o preguntándole a Hubert Matos cómo es posible que un presidente diga lo siguiente... y pasa a un video de un Rafel Correa todo histriónico hablando de historia de Cuba.

Y uno... What?

Porque esa es la otra, Haza forma unos programas multitemas y a un asunto de categoría lo pone compartir tiempo y a perder relevancia con otros que nada tienen que ver con el que nos intriga o del cual queremos aprender.

Lo que sucede es que Haza no tiene competencia en María Elvira como no sea las piernas.

Pero es una pena.


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Si en el pueblo hay muchos Camilo, en Cuba hay unos cuantos Paneques.


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martes, 6 de enero de 2009

The more I find out...

... the less that I know. Lo dijo Billy Joel en Shades of Grey, corte del River of dreams.

Oigo el disco y se resiente mi fidelidad por
Liberty de Vitto, el baterista que más tiempo ha acompañado al pianista.

Es que Zachary Alford baja lo que baja en ese disco.

Pero la cosa no va de música.

La cosa va de lo que pienso sobre este tema, cliqueando aquí.




Les presento a Alonso Paneque, héroe silente y modesto, luchador incansable desde su carnet de la UPEC.

Alonso Paneque, señoras y señores.


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lunes, 5 de enero de 2009

Bombas por cuenta propia

Hoy leí un texto (cortesía de la Huffington) interesante y -me parece- honesto de Marty Kaplan sobre lo que ocurre en Gaza en estos momentos.

Por cierto, a lo mejor no me he informado lo suficiente o no he tenido suerte, pero me gustaría haber visto aunque sea de pasada en la prensa, en cualquier prensa, una protesta, una denuncia, un amago de crítica cuando Hamas lanzaba sus cohetes sobre Israel.

Tuve la suerte de conocer a Mik Jago. Buen caricaturista, excelente persona. Vivía en las Alturas del Golam. No tenía un ápice de fanatismo.

Las cosas que me contó Jago de la carnicería palestino-israelí, no dejaba bien parados a ninguno de los dos bandos. Mik lo sabía, claro. Estuvo en el ejército. Y vivió con palestinos.

Y of course, el andamiaje y las dependencias económicas que hay en las relaciones de ambos es más complicado de lo que publicaba Granma y Juventud Rebelde. O Trabajadores. Mik Jago también conocía ese asunto al detalle.

Fue muy instructivo, la verdad.

Por eso los de Hamas, elegidos democráticamente, ponen la cagada.

Cualquier persona que use la religión para justificar su violencia y su cobardía no solo es un imbécil con balcón a la calle, sino un hijoputa redomado. Pero la mayor parte de la prensa parece despertar solo cuando Israel mata niños palestinos.

Cuando es al revés, siempre hay otras noticias. Paris Hilton se compra un perrito, o algo. ¿Qué importa que le caigan a Israel los cohetes? Ellos son ricos, invasores y amigos de Estados Unidos... right?

Wrong.

Te digo, los jihads de mierda esos me la pelan.

Mi opinión sobre el asunto, cliqueando aquí, please.




Y en otro orden de cosas... ¿Vieron lo del papá de Mariela dejando constructores por cuenta propia?






La batalla




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domingo, 4 de enero de 2009

Salvemos a los Dolfans.

El equipo local se puede ir con la frente bien alta. Marchita, pero bien alta.

El año pasado terminaron 1-15 con Cam Cameron. Nice guy, pero el equipo era un desastre.

Parcells llegó diciendo que no creía en la maldición de Miami y empezó de cero. Nadie daba un kilo prieto por ellos, y ayer los vimos; 11-5 y metidos en los playoffs.

Y esta historia tiene sus lances paralelos, como el de Chad Pennington ganando el Comeback Player of the Year. Y no solo eso, terminó su temporada clasificando frente a los Jets en New York. Clasificando no, restregándole en la nariz a la organización neoyorquina la cagada que habían puesto con el traspaso de Favre, un jugador que se suponía le resolviera los problemas decembrinos al club, y lo que hizo fue enfangar una carrera que debió haber terminado en Green Bay.

Pero a mí me ha dado siempre la impresión de que los Dolphins son los Vikings de la AFC. Los playoffs los cagan. Ojo, esta vez no tenían mucho que hacer, la verdad. Se les había acabado la suerte, la gasolina... todo.

No voy a tocar again el tema del abultado score en contra que históricamente exhibe Miami en juegos de playoffs desde los años de Shula.

Los Dolphins terminaron la temporada regular con 324 puntos a favor con 317 en contra, lo cual dice mucho a favor de la defensa. De la ofensiva algo parecido, aunque no sea un puntaje abultado. Eso es típico del antiespectacular Parcells: control del balón, football disciplinado, y de score bajo, de sangría.

Pero también el schedule fue benévolo. Los últimos 5 juegos de los Dolphins (todos victorias) después de perder el partido de vuelta con los Patriots, fueron la luz roja, el preludio.

El juego #12 fue contra los Rams. Ganaron anotando solo 16 puntos. Bien por la defensa, pero los Rams son un equipo que incluso en un desastre de división, terminaron con record de 2-14. No le aguantan una galleta a nadie. Los oponentes le anotaron 666 puntos, más de 40 por juego.

El juego #13 fue contra los Bills (7-9), rivales de división que habían empezado comiéndose el mundo y se vinieron abajo con la ayuda de su quarterback sustituto J. P. Losman. Ya para el segundo partido contra los Dolphins el equipo de Buffalo era la sombra (6-6) del que empezó la temporada. Igual entre la defensa y J. P. Losman, dejaron a los maltrechos Bills en 3 puntos nada más. Pero solo anotaron un touchdown cuando los Bills, ya se sabe, no eran peo que rompiera calzoncillo.

El #14 fue contra los 49ers, que aunque sea mi equipo, tampoco le aguanta una galleta a nadie, con todo y el levantón que dieron. Su defensa apesta, y la organización es un circo romano. Dos touchdowns anotaron los Dolphins, con San Francisco disparándose en el pie a cada rato y la defensa de Miami sacando la cara. Not a good sign, if you ask me. Supongo que es la razón por la que Parcells carajeó a Henning tras bambalinas.

El #15, contra los Chiefs. Un slugfest. Kansas City(2-12) no le pudo tirar un hollejo a nadie en toda la temporada, con 281 anotados y 450 en contra. Yet, Miami tuvo que ganar 38-31 viniendo de atrás. Not good either.

Y la final fue contra los Jets, con todo el background de la saga Pennington y lo que estaba en juego. Favre y la secundaria de New York habrán hecho lo posible por perder, pero Miami ya había ganado al bajarse de la guagua sin entrar al terreno. Sin discusión.

Primer juego de playoffs luego de 7 años y les toca un Baltimore que se había puesto las pilas. Recuerden el juego que le dieron a Pittsburgh.

Miami había visto ya a los Ravens. En la semana 7 la mejor defensa de la NFL había dejado a la formación Wildcat con 4 yardas en cinco jugadas y los Dolphins perdían 13-27.

Well, Baltimore le dio más de lo mismo. Una defensa tan rápida y villana, unos runningbacks animales. Y once again, la defensa de los Dolphins no pudo sacar de paso al novato Joe Flacco, bastante pedestre en este segundo encuentro(de 23-9 con 135 yardas) excepto por dos otres pases distanciados. Ni Crowder ni Joey Porter se hicieron sentir.

Los Ravens taparon la corrida (Miami solo produjo 52 yardas por tierra), la Wildcat formation se fue al carajo (igualito que en la semana 7) y obligaron a que Pennington les ganara por aire. Lo interceptaron en 4 oportunidades y lo tumbaron demasiadas veces. Mañana Pennington desayunará un batido de Motrin.

El único drive decente de Miami, terminó con una atrapada de circo de Ronnie Brown, pero fue ayudado por dos penalidades de Baltimore.

El comeback de Miami consistía en demasiados pases a los runningbacks, consumiendo tiempo con muchos desplazamientos laterales. Luego venía Ed Reed y le jodía el drive a Pennington.

Pero lo dicho, de su división, Miami fue el que mejor football jugó, el que más confió en el talento que pudo reunir (no olvidemos que es una franquicia que pasa por una de sus muchas reconstrucciones) y el que más aprovechó lo que le dieron.

Los acaban de poner en su lugar, pero que nadie les dé cuero extra.

Incluso aunque lo vieran venir.