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Mis gotas del saber de hoy:
Dibujar es como ir al baño. Necesidad o placer, depende de lo que haya comido.
De nada.
Yo, que
protestaba por la excesiva cobertura de la jamazón facial al homeless en el McArthur, he visto día tras día exprimir el tema en
El Nuevo Herald, casi siempre en portada.
Y me pensé que usar la referencia para un mensaje editorial en una caricatura no estaría mal.
Una caricatura como
esta.
Pero apenas duró unos minutos. It was killed on the spot.
Y me tuve que bajar
con esta otra. ¿Ya mencioné que lo del desempleo es de apaga y vamos?
Pues sí.
El de Siria, se limpia los mocos con pañuelo ruso.
El alto al fuego negociado por Kofi es un cuento chino.
Aquí, en
El Nuevo Herald.
Increíble.
Chávez recogidito. Milagros de la Medicina.
El caso es que si Capriles gana, el presupuesto del D.O.R y de unas cuantas casas de gobierno en la región se va a bolina.
Los médicos son los que llevan la economía en Cuba.
Aquí, en
El Nuevo Herald.
Los del Laboratorio Karpersky habían advertido hace tiempo de que los virus gusanos que estaban apareciendo tenían todas las trazas de haber sido creado en instalaciones de algún gobierno.
Evgueni Karpersky no soltó ningún nombre de pronto, pero el que sabe, sabe. Y Estados Unidos e Israel eran los candidatos para sabotear el programa nuclear iraní.
El caso es que con tanto drone y guerra a distancia, sin prensa enseñando civiles afganos muertos en la cacería talibán o de Al Qaida, el tema de la ciberguerra y los virus que se les han ido de las manos a sus creadores ha quedado en la sombra.
Y la cosa es de cagarse.
Una ilustración opinada,
aquí en
El Nuevo Herald.
Bill Clinton, en plena faena de campaña demócrata, no pone su ego on hold.
No puede.
Esa inercia puede más que él. No olvidar que cuando Hillary pujaba en solitario, le puso un par de veces la cosa mala con sus comentarios.
Ahora le toca a Obama.
Un día William Jefferson alaba el intachable record gerencial de Romney, al otro recula (él no, su equipo) y luego la vuelve a diñar - al menos, según el team de Obama- criticando las decisiones del actual presidente sobre el déficit.
El timing no pudo ser peor.
Pero Bill es ansí, imparable y de teflón.
En
El Nuevo Herald, sobre el
tema.