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O al menos ese el mantra para el Medio Oriente.
Cuando Netanyahu conversó con Charlie Rose, unos días después de que Abbas presentara su petición a la ONU, tiró la guapería de que el de Palestina no tenía berocos para ir y decirle a los palestinos (a los suaves y a los radicales) que había que reconocer a Israel.
El Primer Ministro israelí, por su parte dice que no hay arreglo sin paz y que las propuestas de la Liga de países árabes, si bien son bonitas en el papel, no le garantizan nada en el terreno.
No, de tener los cojones para decirle a los colonos hebreos que tienen que dejarle ese territorio a los palestinos, no se mencionó nada.
El príncipe saudita, días antes en el mismo programa de Rose pintó un panorama hermoso y buenito, pero Israel no se lo traga, ¿y saben qué?, casi nasi nadie se lo cree.
Y desde luego, está Irán.
Todo el mundo quiere paz, pero de esas que duran poquito, pa matar el muermo y volver a la fiesta.
Palestinos matando israelíes y viceversa.
Para ganar, hay que perder.
Cliqueando
aquí, opinión gráfica en
El Nuevo Herald.
Y
aquí, otras de Santana, Jardim y servidor.
El viejito sangrón suelta un desdén sangronazo desde una de esas babosadas periódicas que le publican por el cayo.
Se burla de Obama, dicen.
Con cada argumentos...
Pero él es bueno burlándose, quizá no de Obama, que en un final es un político temporal. El viejito sangrón lleva años burlándose del país que lo ha hecho lo que es.
Bueno, para eso es su finca, ¿no?
Aquí, opinión gráfica en
El Nuevo Herald.
Y esta de ñapa, que los empresarios no somos tontos.