viernes, 28 de diciembre de 2007
jueves, 27 de diciembre de 2007
Glóbulo asqueroso
Se publicó un librito con el hit parade de estas cosas, titulado El humor en la escuela, luego reeditado como Qué porquería es el glóbulo. Se ha impreso hasta la náusea, se ha copiado la idea sin cesar, y parece no cansar nunca.
Para ustedes, los alumnos de Firpo.
Prólogo
La idea. de recoger lo que Ud. va a leer fue sugerida allá por 1945 o 1946, quizá por Adolfo, un chico a quien todos decían "el jefe* quien, necesitado de cortar un trozo de varilla de unos 8 o l0 cm. en dos partes, trajo de su casa una sierra de más de un metro de largo, que debía ser manejada entre dos; o por un colega que, leyendo la nómina que circuló por las aulas un día, en la que figuraban los muchachos que no habían tenido inasistencias en el mes anterior, anotó debajo: "Debían ponerlos a todos en penitencia”; o por Sergio C., quien increíblemente hacia buena caligrafía en sus trabajos, no cuando escribía sobre su mesa, sino cuando los apoyaba en la pared, y él escribía parado; o por Emilio R., que en las horas de recreo se detenía a mirar una jaula grande, vacía, que ignoro por qué, estaba hacía tiempo en el patio; hasta quo cierto día me dijo: "¡Cómo me gustaría estar ahí adentro, maestro!”
Leerá Ud. aquí lo que se oye, se escribe, se ve, o, en una palabra, se vive en la escuela. A este recopilador se le dio por el humor, y éste es el resultado. La selección es variada, como puede verse, pero es sólo una parte de lo que posee. Va sin decir que en muy contados casos recuerdo el nombre del autor de cada trozo.
Este material ha circulado durante años en nuestro medio, y yo he llegado a verlo en hojas mimeografiadas, que me han alcanzado con la advertencia: "¡Mirá, vos que sos maestro! Lee esto, a ver si te gusta".
¿Y el que reunió este material, quién es? Un maestro que ama muchas cosas: la escuela; los niños; el pueblo en que nació y vivió, Piñera; un buen mate; sus amigos. Un maestro que ama su profesión, en la que pudo haber hecho mejor las
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cosas; que conoció mucha gente y muchos lugares; y que todavía cree que en cualquier instante pasarán corriendo delante de é1, vestidos de blanco, con moño azul, y jugando a cualquier juego, Atilio, José Luis, Amparo, Rallis, Luisita, "Jota jota", Daniel, Mirta, Queta, Rodolfo, Wilson, Silvia, Emilio, Alicia, Adolfo, Neo, Olivo, Leodilia, Salamón, Vladimir, Armando, Mónica, Alejandro...
Un maestro, en fin, que posee un fichero con los nombres de cerca de 4.000 alumnos que tuvo, y las fotografías de todas las clases con las que trabajo en sus treinta años de actividad escolar.
José María Firpo Alvarez
Diálogo entre un español y un indio.
—Si la vista no me engaña, allí va un español corriendo una vaca. Lo voy a atajar.
—¿Y aquel indio que viene allí, qué diablos quiere?
Llega el indio.
— Quiero pe1ear.
— Dejate de macanas, y andá a cocinar a tu tribu.
—¡Maula!
—¡Ah! Esto si que no lo aguanto. (Saca una pistola
y lo mata.) Se la buscó.
— Queremos guerra.
— Nosotros también; hace tiempo que queremos guerra.
—¿Empezamos el martes?
—¡Ta!
—Ustedes no son malos tipos, pero cuando hace frío, bueno, bueno.
—Vengo a civilizarte.
—Yo me civilizo si quiero.
—¿No me digas? Ahora vas a ver.
—Bueno. Largame. No me agarres.
—Es muy linda la civilización. ¡No seas bobo!
—Bueno, bueno. No me jodas. Cambiando de tema,
¿Cómo te llamas?
—A mí, mis compañeros me llaman Eloy.
—A mi, Percheron.
—¿Sos guapo?
—Si querés, te muestro.
—Peleamos mano a mano.
—Mirá que tengo mucha puntera.
—¿Sos guapo de veras...?
—¿Querés que te largue las boleadoras?
—No. Así no tiene gracia. Primero yo té largo un
balazo.
—Yo tengo carne dura.
—¡No importa!
(¡Pum! Y le tiró, y así lo mató.)
—¿Qué hacés por Madrid, Abayubá?
—Nada. Ando de viaje por joda. Como Gaboto hablaba tanto de España, junté unos pesos y me vme.
—Te invito a ver torear. ¿Querés venir?
—Bueno.
—Apurate que llegamos tarde.
—¡Qué lindos toros! Me hacen acordar a los de allá.
—No te olvides que tenés que decir ¡Olé! ¡Olé! a cada rato, para que crean quo sos español.
—Vengo a civilizar. Mirá qué lindo barco que tengo.
—Yo no querer. Yo tener casa, familia, y ganar bien.
—Pero si es mejor como yo te digo, así vos podes hablar como yo.
—Bueno. Dejar de joder y dejarme tranquilo.
—¿Quien eres tú, que andas vestido con ese vestido tan raro?
—Soy español y ando ganándome la vida con Solís
—¿Por qué no pones un boliche? Aquí no hay ninguno.
—Tenés razón, amigo indio. Menos lío. Abro una provisión, y me gano la vida con tranquilidad y no con Solís que me paga solamente cuando abordamos un barco, y eso que: a veces los indios nos sacan de pique a flechazos.
—¿Que. te parece si jugamos un poco y: usamos tus flechas y tus boleadoras?
—Tamo. Primero le voy a pedir permiso a mi papá,
y después vamos a jugar tranquilos.
Del posteo anterior de este blog me recomiendan mandar a la pira:
-"Venga para acá"... del comercial de venta de carros.
-95% de los comerciales de venta de joyas .
-Britney Spears.
Y agrego yo:
- Los Pasteles Verdes.
- Un par de historietas que yo me sé.
- Los años 80.
Del plan salvavidas, el anónimo pone:
-La Conjura de los Necios.
-Les Luthiers.
- Y los helados Haagen Dazs.
Y agrego yo:
- Willie Dixon, Sony Boy Williamsom y Voodoo Chile de Hendrix.
- Casi todo Queen antes del The Game.
- Victoria's Secret.
- Bruce Cohn
miércoles, 26 de diciembre de 2007
Fleas Navidad
domingo, 23 de diciembre de 2007
Gene Krupa vs Lionel Hampton vs Chico Hamilton
Duro y a la cabeza.
Y un opdéit, que no viene mal.
Acabo de encontrarme algo en el blog del Ichikawa san.
Es un tema del que iba a hablar en algún momento, pero el samurai se me adelantó, y a mí no me iba a quedar tan bien como a él.
Cliqueen aquí, por su bien.
La leyenda Smith
Ya por ahí sacan que no soy fan de Smith, pero él no va a perder el sueño con eso.
Listen, si se olvidan de atar cabos en la historia y son capaces de saltarse varios momentos Nescafé sin pedir demasiadas explicaciones, van a ver un descomunal trabajo de cine apocalíptico-terror con unos efectos especiales de reservar platea baja.
Increíble lo que hacen de Nueva York. Y lo dicho, Smith, pasable.
Ya sé que básicamente les estoy diciendo que dejen el cerebro en casa y vayan a cagarse de miedo al cine, pero aunque la historia está muy mal llevada, a mí me aplastaron los efectos especiales. Lo siento.
De todos modos lo trepidante siguió con una contracción muscular de la Lis en una pierna (seguro de quererse hundir en mi asiento huyéndole a los infectados del movie) y mi carrerita por todo Lincoln Road.
Resulta que se me quedó la billetera en el cine (me cago en la madre de quien diseñó los bolsillos del puto short) y me vine a dar cuenta en el parqueo. Lo que siguió fue una patética trotada de gordito en sandalias hasta el cine. Los gays de Lincoln Road se habrán pensado que tenía cita con mi costurero.
Qué pena.
Juanca, un bautense que ha perdido la fe en los New York football Giants me manda sus evaluaciones. Las divide en Leña pa la Hoguera y Para el Arca. Me sumo, y le sumo más de las mías.
Leña pa’ la hoguera: - Paris Hilton y todas sus look alike.
- Los “Reality TV shows”, todos.
- Las comidas vegetarianas con nombres carnívoros.
- Todo lo que huela a restricción sexual.
(Y sumo)
- Paul Mauriat, Pol Muriá, para los criollos.
- La mitad de una familia que conozco.
- Los versos de Juan Almeida y los Ralberto Bendoiros que los reseñaban.
- La Mesa Redonda en el cayo. Para el arca: - Rayuela, de Cortázar, El arte de la guerra, de Sun-Tzu, todo Ayn Rand, todo William Faulkner.
- La música toda, pero si hay que ser prejuiciosos, teniendo en cuenta la que ya han puesto a salvo, entonces toda la de Tool y Pearl Jam.
- Todo Dalí (aunque suene a cliché).
- El tocinillo del cielo.
(Y sumo)
- Esto, así que cliquear.
- La Seña del Humor.
- Henry Miller. Y aquí los dejo, variaciones de un tema para la serie Calling Geez! Disfruten o no, en dependencia de sus niveles de fanatismo y sentido del humor. Feliz domingo, amiguetes.
- Rodney Dangerfield.