jueves, 20 de noviembre de 2008

Confiancita








Los médicos que el viejito sangrón manda por esos mundos a divulgar el evangelio curador tienen que pensárselo dos veces antes de dejársela en los callos.

No es que me extrañe, pero leo otra vez que los hijos de algunos de estos médicos están siendo retenidos en el cayo.

Mi opinión gráfica, cliqueando aquí.

Y si quieren saber de las últimas sobre la brigada cultural de altísimo nivel que por estos días animó a la delegación de los mandarines en La Habana, cliqueen aquí.

Los dos fuetazos en el Picapica, claro.

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