jueves, 3 de abril de 2008

Smoke on the water

Durh... Durh... Durh...

Empezó con un título provisional y apenas un riff de guitarra. Y antes de eso, una pesadilla.

Ritchie Blackmore andaba nerviosote por la dirección que iban tomando las cosas luego del entusiasmo generado por el Concierto para grupo y Orquesta. Era el año 72 y el mandamás quería meterlos a todos en el estudio a parir rocanroles y quitarle a los de la banda las musarañas experimentales.

Incluso el recién estrenado oro con el álbum Fireball tenía a Blackmore incómodo, y se le metió entre tarro y tarro volver a un sonido más cercano a las actuaciones en vivo, masinguilla bien conocida en el rock.


Así que aprovecharon el estado de gracia con la disquera y arrancaron todos para Montreaux con la unidad móvil que los Rolling Stones alquilaban.

Héla aquí.



Y allí estaban, disfrutando del concierto de Frank Zappa en un casino cuando un fanático soltó una bengala que incendió los cortinajes del escenario.

Que los adornos fueran de bambú y que el lugar estuviera hasta los topes no ayudaron mucho tampoco.

El caos.

Frank Zappa perdió varios miles de dólares en equipos, y Deep Purple se quedó sin estudio donde grabar.

Claude Nobs, organizador del evento, les consiguió un hotel vacío para improvisar un estudio en un piso. Allí parieron el Machine Head. Escrito, compuesto, arreglado, ensayado y grabado en apenas una semana.

Claude Nobs es este quetáquiabajo.





(Las fotos son de Highway Star, la bitácora del Purple)

Increíble.

El trauma de haber podido quedar achicharrados en el incendio despertó a Roger Glover en una de esas madrugadas de grabaciones, para recrear la imagen del edificio incendiado al borde del lago, y las palabras smoke on the water dándole vueltas.

Convenció al cantante Ian Gillan para darle forma a aquello y decidieron hacer la historia de lo ocurrido hasta ese momento.

Eso es lo que cuenta la canción, sin ninguna gambeta lírica ni profundidades en la letra. Y la música es igual de promedio.

Ah, pero el riff. El riff de Ritchie. Cuatro notas machaconas para abrir la historia y repetirse como cortinas en la narración.

Ian Gillan no quería usar el nombre de Smoke on the water porque pensaba que la gente iba a tomar la canción como una referencia canábica. El resto del grupo la grabó pensando que era un relleno más, y la disquera no le prestó demasiada atención, insistiendo en cargar la mano en la ligerita Never before como single del ábum.

La grabación misma fue una agonía, a la carrera, con la policía suiza queriendo tumbar la puerta del estudio porque los vecinos estaban hartos del altísimo volumen. Martin Birch, ingeniero y productor, tuvo que hacer malabares con aquello.

Apenas un mes de lanzado el disco, y ya al otro lado del Atlántico ponían Smoke on the water hasta la náusea.

Never before pasó sin penas ni glorias, mientras Smoke on the water entró casi de facto a ser el cierre de cada concierto.

El disco tiene joyas como Lazy, Pictures of home, Space trucking, Maybe I'm a Leo y la nunca bien ponderada Highway Star. Con un Deep Purple sonando cerradito, cerradito.

De entonces a la fecha, toda tienda de instrumentos musicales tiene que aguantar que los clientes prueben las guitarras demostrando que se saben los acordes de Stairway to heaven, Sweet home Alabama y Smoke on the water.

No es la mamá de las canciones, pero es el riff más llevado y traído.

Nos guste o no, tiene su historia y su lugar en la cultura popular.

De no ser así, ¿creen que los japoneses se hubieran tomado el trabajo de hacer este cover?

Da un poco de dolor de muelas, pero es curioso y admirable el ejercicio.






Oda al carbohidrato, o Las ninfas Haagen-Daz.


Del Full body project, de Leonard Nimoy.




Miss Corina Tedeschi, criminal diet.




National Condom Week is coming soon. Hey, there's a parade you won't want to miss.

-Jay Leno

5 comentarios:

Los Miquis de Miami dijo...

garri, perdona que no te podamos decir nada del rock, no es nuestro fuerte, pero lo de la fotos de las ninfas está genial. eso se llama llevar el trans-fat dignamente.

El Pobre dijo...

anécdota estúpida.
hace cuatro años, estando de vacaciones en Cuba, el padre del mejor amigo de mi hermano se murió en manzanillo. allá me fui a turnar el timón en ese viaje por la desértica campiña cubana.
a nuestra vuelta -de noche- por la tierra del Benny Moré una rastra se nos vino encima mientras nos tomábamos un litro de Havana Club y escuchábamos smoke on the water.
es ahora nuestro himno o nuestra mejor justificación para beber

Garrincha dijo...

miquis,
la revolución adiposa es indetenible.
al menos ese es mi consuelo.

electra,
del carajo ¿no?
espero que la rastra no era de algún comisario de la cultura decidido a cortar con esa franca contravención ideológica.
ah, the wild side.

Anónimo dijo...

Bro estamos en sintonia

http://www.youtube.com/watch?v=AS3VSOvHE_A

Fede

Garrincha dijo...

fede,
estamos.
thanx!