La palabrita (eléctil) no existe, pero no existen elecciones tranquilas tampoco. Y así nos vamos a la cama, todos los días.
Dicen que el team de Hillary le tiene trapos sucios al de Obama, que seguro se puso las pilas para sacarle alguna podrida a la Hillary. La señora tiene unas espuelas de Olimpiadas, no lo dude nadie. Todavía anda lo de las preguntas ensayadas, los globitos, el palito del catcher. Sea verdad o mentira, el tufo no se va.
Frente a la barrabasada republicana, descabezada y ansiosa, se nos baja la vanguardia demócrata, sueño de la izquierda más o menos liberal (una mujer y un negro candidatos, ¿quieren más?) con chanchullo de solar.
Chanchullo que empezó un prominente columnista de la derecha, por cierto.
Los conservadores insisten en ignorar la cagazón que han armado los republicanos en estos últimos 8 años, y arriba le dedican tiempo a echarnos miedo con el hombre del saco si ganan los demócratas. Muy chulos, los conservadores.
En fin.
Ya sé que las grandes y a colores tocan los domingos. Pero no me requinten, amiguetes, que darle color me lleva horas. Aquí va, anyway.
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