martes, 31 de julio de 2007

... y el Rey lo debe saber.

Un potaje de nubes en el cielo, tal y como se ve en la foto.
Si siguen en su oleaje celeste, las nubes se van a caer y van a descuarejingar ese pasticho de colores que La Habana exhibe allá abajo, con dignidad de caballo veterano y pata partida.
Las nubes son del carajo, uno no puede confiarse.
Mientras tanto, La Habana posa y hace una media, a ver si alguien le hace swing y la endereza.
La foto fue tomada a mediados del año pasado.




Hablando de posar, alguna vez leí que la manía de Napoleón Bonaparte de llevar una mano metida en la chaqueta, no era pose aristocrática, sino que le dolía el estómago.
Tuviese úlcera o no el corso belicoso, lo cierto es que con pedirme un Zantac tenía, y listo.
Pero no, al Napo le gustaba el oleaje, como a las nubes.
Yo tengo mi teoría particular sobre sus mañas manuales.
Ver dibujo, y si son machos y machas de verdad, cliqueen sobre la imagen.

1 comentario:

Rafa dijo...

Tambien vestía con camisa roja para que cuando lo hirieran sus soldados no flaquearán en moral ya que no se vería la sangre entre todo ese rojo y pensarían que es intocable. Era una gran mente y muy practico desde luego