The pachanga must go on, folks.

Delante de mí un carrito viejo, con dos viejitos y una pegatina estelar en el bumper:

Out of my mind.
Back in five minutes.

Hace unos días fue lo de los Zimmers, ayer por la mañana fue lo que acabo de contar. Por la tarde estuve buscando a Petula Clark en Youtube. ¡Petula Clark, la de Downtown y la de no te quedes a dormir en el subway que una bronca la tiene cualquiera...! O algo así.
Hay un patrón de afinidades por lo geriátrico que debería preocuparme, pero se me olvidó por qué exactamente.

De lo que no me he olvidado es de las historietas, pero siempre hay más rollos que tiempo y no he podido hacer mucho.

Ah... but last night, lleno de fervor revolucionario asumí la tarea de choque, y salió una más del proyecto que le da nombre a este blog.

A los que me han pedido tiras del náufrago, les digo que yo soy el primero que está loco por echar palante el reguero de tiras en plan boceto. Pero el-implacable-el-que-pasó no entiende, y ando a cuentagotas con él.

Pero basta de llorar miseria, que solo los cristales se rajan. Los hombres mueren de pie. Y donde nace un revolucionario, Ramón, mueren las dificultades.





Y claro, es mejor si cliquean sobre las imágenes y las ven más decentes.

Por la vía Rodríguez Cuba, y para los que se acuerden de aquella misteriosa visita de la delegación musical del enemigo con concierto en el Carlos Marx, les dejo un recuentico chismoso de parte de aquel concierto.

Lo que yo me acuerdo del Havana Jam que organizó la Columbia Records fue que a Billy Joel et al los vieron un grupo selecto de personas. No me hagan explicar quiénes eran los escogidos, por qué eran escogidos y cómo lo hicieron, porque me voy a poner gusano de verdad.