jueves, 17 de mayo de 2007

A bombo y sin platillo

Me los encuentro a cada ratos, pero el de hoy era una quincalla rodante. Tenía una banderita cubana enganchada del techo, y en la defensa tenía una pegatina de colores que decía: "Todo lo que tengo se lo debo al Señor", puesta a la izquierda. A la derecha tenía otra con más colores que decía: "Cristo me salvó".

Y yo: "Qué bien, señora. Los diseñadores de calcomanías también tienen que vivir." Porque era una abuelita con el carro lleno de muñequitos de peluche. Otro carro de hoy decía en la pegatina de la defensa trasera: "Real men love Jesus".

Este último es bastante popular, parece. Mi primera intención es siempre arremeter contra el kitsch, pero la religión con altavoces es como para pensar. No sé qué me sorprende más, si la insistencia de hacerme saber por todos los medios de que me he tropezado con un cristiano con necesidades comunicativas, o el hecho de que si no amo a Jesús no soy un hombre de verdad.

Todos los días me cruzo con alguno nuevo, y no deja de intrigarme el hecho de que haya alguien que junto a su fe, asume la necesidad de hacérselo saber a todo el mundo. "¡Mírenme bien. Yo creo en Dios!" Y se toma el trabajo de encargar una pegatina con un texto y un diseño que a su vez alguien se tomó el trabajo de crear, y de imprimir. Y de vender.

También son los mismos que a veces nos mandan unos powerpoints muy cheos con mensajes de amor subiditos de azúcar y muy paternales para con nosotros, los pobres ateos y descreídos. Siempre se agradece que lo tengan en cuenta a uno, pero coño... no me regañen solapadamente por mi ateísmo.

Deja que yo ponga una pegatina que diga: "Los hombres bien hombres son los ateos", o "Darwin rocks!", o "Para Biblia, los comics". Me van a comer vivo.

"Soy ateo. Sue me" podría ser otro mensaje. Por eso he querido juntar el asunto kitsch con los declamadores de su fe, porque conozco gente muy devota y muy consecuente con todo el mensaje de su religión, que no necesita pregonarlo a voces. Y mucho menos echarle mano a calcomanías fosforescentes y regañadoras.

Si tu religión te hace querer al de al lado y ser tolerante, te felicito. Si te vuelves un creyente chato, pobre de ti. Si te vuelves un creyente chato que necesitas ir sermoneando por ahí, pobre de mí. Me jodí.

Dios sabrá por qué no creo en él.



Y hablando de creer, otra más de náufragos.

Me cuentan que en una reunión o encuentro con los lectores, alguien de provincia preguntó por mí o por qué no seguía saliendo la tira los domingos. El editor que estaba en esa reunión respondió: "Naufragó".

La verdad es que le quedó genial para no decir textualmente que me había ido del país. Lo del naufragio me duele un poco porque lleva un tufo de fracaso en el trasfondo, y aunque esa no haya sido la intención del editor, puede que fuese el mensaje captado por los lectores en la reunión.

Me consta que el que lo dijo no es histérico ni ganador de puntos, y dice lo que piensa casi siempre. Y nos respetamos. Ronquillo es una excelente persona, rara avis en la prensa.

Pero de todos modos, bendito naufragio. Al Ronco, al JR entero, a los lectores y a los religiosos de chapita: No hay misterio, soy un tipo feliz. Tengo a Lis, y el que quiera mais, es un gusano. Y no pienso poner una calcomanía anunciándolo.

Aquí cabe una frase de Andy, filósofo y pintor, pero prefiero no postearla porque lleva las palabras "pinga" y "mundo", y yo no soy mal hablado.



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