Pa esto no hay Viagra

Hace un par de días recibí un correo de un amigo, que me llevó de un tirón (el correo, no mi amigo) a aquella noche de América TeVé donde unos jóvenes recién llegados de Cuba eran emparrillados en un panel sobre temas de la juventud cubana.

La buena intención del programa pasó a un tercer plano, recuerdo, por mi estreno como espectador de programas de ese tipo aquí, por la sonatina machacona del "debate" y por -oh, sorpresa- la arrogancia contenida de un anchor que sería muy bueno dando noticias, pero que aquella noche patinó big time.

A mis ojos, claro.

Una esquina del debate, ya lo conté unos cientos de posteos atrás, era que para estudiar en la universidad en Cuba, hay que ser militante de la Juventud o del Partido.

Esto lo he oído en varias partes y por (a veces) voceros insólitos: gente que nunca se acercó a la educación superior en Cuba, y hasta extranjeros que compiten con nosotros en lo de sabelotodo.

Creo que el gobierno del viejito sangrón y el castrismo (que suenan parecido pero no siempre son lo mismo) tienen suficiente cantidad de cosas negativas que criticar y de las que renegar, para inventarse y regodearse en un bulo como ese.

Si fuera una simple opinión, pasa.

Pero hay quien te lo discute y te cuestiona hasta el ADN por llevarle la contraria.

Y por supuesto que conozco de las campañas y las pachangas ideológicas (que podían cambiar de Facultad a Facultad) a las que se someten los estudiantes no solo de la educación superior.

De hecho, uno de mis hermanos fue un daño no tan colateral en una de esas ofensivas llamadas "La Universidad para los revolucionarios" cuando estudiaba en el ISDI.

Pero ver esa postura ignorante no reconforta, la verdad. Ni esa ni ninguna otra. Venga de quien venga.

Pero volviendo al correo de mi amigo.

Me cuenta que haciendo sus papeleos para adquirir la ciudadanía norteamericana, la oficial de Inmigración le preguntó si había sido militante del PCC. Le respondió que no. ¿Ah, no? ¿Y cómo estudió en la CUJAE? Bueno, pues porque no hay que ser militante para...

Ya saben, el viejo debate, solo que esta vez no era en un barbiquiú con un cuñado lejano, sino con un representante del gobierno del cual dependía el resultado de tus gestiones.

Le dieron jabón, ya le avisarían, la oficial no podía decidir ahora mismo.

Hace poco recibió una planilla donde decía que sí había sido del partido y que pusiera en planilla las fechas en las que fue miembro del inmortal.

El encabronamiento, la frustración han dado paso a la preocupación.

Mi consejo fue tibio: Vete a ver a un abogado.

Quiero pensar que la ofical de Inmigración cree estar en lo correcto, que no le tiene odio a los cubanos ( como dice la teoría en la calle) y que le está dando una oportunidad a mi amigo a decir la verdad.

Pero no es muy justo que digamos, y no deja de ser preocupante.