Se llamaba Pichirilo

Sobre la nueva coproducción de HBO con el Consejo de Estado, a pesar de dejar fuera a James Gandolfini, cliqueando aquí.




Yo conocí a una periodista de provincia que intentaba abrirse su paso hasta la capital a punta de escribir exclusivamente sobre los 5.

Madre soltera y sin vivienda fija en una provincia oriental.

Pal carajo, dijo.

No sé si al fin lo logró.

Un día la oí medio quejarse de que tenía unas exclusivas y recientes fotos de los 5, pero que no iban a salir publicadas al fin y al cabo.

En el dedeté le caímos encima para que las enseñara, porque llevábamos años viendo las mismas caras de los 5 en forma de ristra de ajo alrededor de una bandera, de acuerdo a algún diseño repetido en banners, posters, camisetas, forros de libreta...

Y por aquel entonces, unos días antes de la conversación, la editora de una revista (muy activa en la cobertura sobre los 5) había dicho en un evento que era necesario darle al pueblo nuevas imágenes de los héroes para humanizarlos más todavía.

No le bastaba que la gente fuera bombardeada con todo tipo de historias, anécdotas, fotos, cuentos, poemas y biografías de los 5 y sus familias, sus novias, sus amiguitos del barrio.

Pero esta editora es muy entusiasta.

El caso es que le caímos arriba a la periodista para que nos enseñara las no publicables fotos, y resulta que no mostraban a los 5 no con traje anaranjado de preso, sino un poquito atléticos y con unos sneakers bastante cuquis.

Aquello no concordaba visualmente con el listado de sufrimientos con el que (desde el controlador aéreo de la UCI hasta el más modesto vocero) se encargaban de machacar todos los días a la gente.

Me dí cuenta que no era tan fácil, que ganarse puntos para luchar un gao era más jodío de la cuenta.

La competencia era dura.

Y he aquí que me topo con el viejito sangrón, azuzado por una carta de Daily Sánchez Lemus, joven periodista del Sistema Informativo de la Televisión Cubana.

Ella le pide un favor con humildad; que arroje alguna luz sobre Pichirilo.

No hay nada más importante y urgente en el país que ayudar a desentrañar el misterio Pichirilo.

Y como nobleza obliga, el de Adidas reflexiona, confiesa.

Daily, la imaginamos, euforia flotante.

Grande, este viejito.







Tenemos información fidedigna, (de fuentes confiables y por tanto, ajenas a la TV de Miami) que el anciano de mal carácter nos tiene guardadas otras de esas confesiones-reflexiones, que se editarán con el nombre de Conflexiones.

Este blog ofrece primicias.

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Desde ya, los biógrafos se alborotan.

Esto es de primera, limpia.

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Sobre esto hay dos escuelas de pensamiento.

Una que dice que quien aullaba con los fusilamientos era el Che, aunque no existen grabaciones de la época.
Otra vertiente rescata a Cachirulo para el Salón de la Fama de Birán e intenta devolverle al can su lugar en la historia.



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Genial y conciso.
Aquí vemos a un Comandante calificadísimo para evaluar el personal de la Salud, que como sabemos, es una prioridad para la Patria.

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Aunque se investiga la posibilidad de que Nicolás Guillén haya sido sustituido por Pérez Roque en estas competencias de carácter amistoso, la conflexión nos muestra a un Comandante no solo hábil en las actividades físicas y marciales, sino que nos muestra su lado humano, tierno, jocoso y compartidor con la familia.

E interesado en interactuar con las artes, esta vez con la Poesía, en la persona del Poeta Mayor de Cuba.

Se cuenta también (y los periodistas cubanos trabajarán febrilmente en la confirmación) que cada vez que el calzado ruso hacía impacto en la testa de Nicolás, éste debía decir en voz alta y fervor revolucionario:

-¡Sóngoro Cosongo!

Aquí notamos la jovialidad y el espíritu competitivo con su hermano, el querido Raúl, para no hablar de luz larga al recomendarle al Primer Ministro soviético ese genial performance.



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Todo un caballero.




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Muestra inigualable de su modestia, cuando admite con humildad que no sabe quién es.