Dios mio, qué horror. Entre todo lo que más me mortifica, aún más que la propia muerte, es que los niños la presintieran sabiendo al mismo tiempo que nadie los ayudaría.
En casos como estos los linchamientos tendrían que estar permitidos. Suena animal, pero coño!
Dios mio, qué horror. Entre todo lo que más me mortifica, aún más que la propia muerte, es que los niños la presintieran sabiendo al mismo tiempo que nadie los ayudaría.
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